Amiguetes

12 de mayo de 2011

¡Doctor, doctor!


Hola querid@s!
Por fin me han quitado el yeso y, aunque estoy en fase de recuperación, no he perdido el tiempo en pensar en cosas nada interesantes, ¿cómo siempre?
Pero como sucede a menudo, es la propia vida cotidiana la que pone mis palabras en este lienzo llamado blog. Hace unos días me toco ir al médico, y un nuevo tema se puso encima de mi mesa: LAS SALAS DE ESPERA.
Son como Lourdes, gente con enfermedades se acerca a estos lugares en busca de una cura, a veces, milagrosa. Sus visitantes son de todos los tipos y clases sociales, aunque algunos de ellos son habituales en la mayoría de ellas.

L@s jubilad@s: miembros honoríficos del Hall of Fame de las salas de espera. Se trata de personas capaces de obtener títulos universitarios en medicina, de las horas que han pasado rodeados de enfermeras y médicos. Existe un clásico chiste que refleja su comportamiento en las salas de espera:
Oye! ¿Qué te pasó ayer que no viniste?
- Nada, que estaba enfermo.
Muchas veces nos cuestionamos la salud pública (siempre, cuando estamos esperando a que el médico nos llame para entrar a su consulta), su saturación, la buena / mala atención que recibimos, etc.
¿Y si la culpa fuera de los jubilados? En mis interminables horas en las salas de espera, he escuchado frases de jubilados tales como:
- Yo vengo de urgencias! Si, por las recetas.
- Pues ayer, que vine por la baja de mi hijo, no estaba.
- A mí no me gusta nada esta doctora, pero ya le he cogido cariño…

Querid@s jubilad@s, para actividades tales como las charlas sobre los hijos y los nietos, ya tenemos los centros de mayores; para ver a gente pasando un mal rato, pueden ir a un concierto de Chayo Mohedano; y para ver a las enfermeras, les recomiendo los “Jueves universitarios”.
Sería todo un detalle que la próxima vez que vaya al médico (con cita previa) no tenga que esperarme 1 hora para entrar, porqué ustedes se dediquen a ir a pasar la mañana a la consulta. Gracias!!


L@s enchufad@s: Realmente dan mucha rabia. Llevas una hora esperando a que la enfermera salga y poder preguntarle si te han llamado antes, porqué vienes con cita previa y quizás has llegado tarde…
De repente, aparece de la nada (como en el túnel del humo de “Lluvia de estrellas”) una persona que se acerca a ella. Le da dos besos, le pregunta como está, por la familia y acto seguido entra a la consulta.
¡¡Pero qué hace!! Los demás nos miramos con nuestra mejor cara de pringados. La que ha entrado, también se la conoce como “la carnicera”, por lo del morro que tiene…
A los 5 minutos sale de la consulta. No se atreve a mirarnos, claro! Sale con los papeles en la mano y sonriente. Seguro que tiene lo que quiere. ¿Drogas? Una baja indefinida? No, ¡¡unas recetas!!


Otros visitantes que no pueden faltar en las salas de espera son:
¿L@s niñ@s enferm@s?: Y lo pongo claramente entre signos de interrogación porqué hay 2 grandes verdades en esta vida. La primera, que CSI Miami tiene una tonalidad de naranja exagerada y, la segunda, que estas criaturas no están enfermas.
Cuando era más joven, los veías correr por los pasillos saltando y gritando, mientras nuestras madres comentaban lo fuertes que eran nuestras gripes. Señora, la mía lo era, pero lo de su hijo era otra cosa. A mí me tenían que recetar Espidifén, pero su hijo debía dejar el “Speed”.
Ahora, con el paso de los años (¡y los siglos!), los niños ya no corren, no les hace falta! Tienen un coche de 300 caballos dentro de su ruidosa consola!!! No sabemos qué será lo que les duele, pero que la doctora no busque en los pulgares!!! Sin duda, con tanto tic-tic-tic, esos botones y los frenazos despiertan a cualquiera!!
Mención aparte para sus padres. O son ciegos, o quieren serlo! A ellos no les dieron el libro de “Cómo engañar a tus padres con enfermedades que no existen”?  Señora, su hijo está más en forma que Hulk desayunando anfetaminas!!!


Antes de finalizar, y como un guiño cariñoso a mis seguidores masculinos, me gustaría hablar de otro colectivo que podemos encontrar en las salas de espera:
Las enfermeras: ya estoy viendo vuestras sonrisas picaronas. La misma sonrisa que cuando te dicen que van a venir de fiesta 2 amigas lesbianas. ¿Por qué todos los tíos pensamos en 2 chicas rusas, de 1,75m y curvas sinuosas? La vida nos devuelve a la realidad, cuando vemos que son más parecidas a Manolo y Benito.
Pues con las enfermeras pasa exactamente lo mismo. ¿Os habéis encontrado en la Sanidad Pública alguna atractiva? En mi caso he tenido esa suerte. Hay pocas y, casualmente todas son amigas mías (saludos!), pero es un mito que debemos eliminar.
La mayoría de enfermeras con las que me he cruzado son de una edad cercana a la de mis padres, y tienen la misma erótica que un boli Bic verde. Es decir, ninguna.

Siento haberos abierto los ojos, pero “Algú ho havia de dir”.

Saludos y hasta pronto!!

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Molt bo!! lo millor, lo de CSI y su tonalidad naranja exagerada, jeje!!

Cris

Anónimo dijo...

Jajajajajajajajaja
Tio, me ha encantado este post!!
Cuanta razón tienes!!!!!

Urme dijo...

Gran Xavi, gran! :D

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