Amiguetes

9 de junio de 2011

¡Orden y masilla!



Hola family!

Hace días que me apetecía escribir, pero he ido un poco de culo y hasta hoy no he tenido un ratito!

¿Estamos locos? Nos lo hemos preguntado muchas veces? Yo si.
Esta mañana, de camino al curro (gran fuente de inspiración, sin duda!) mis 15 minutos de paseo me han puesto claros ejemplos…
Hombres que se quitan los pelos, otros que se ponen (en la cabeza, principalmente), señoras cincuentonas con modelitos “Disco viernes tarde”, niñas con maletines de alto ejecutivo… Son claros ejemplos de un desorden alarmante. ¿Tanto trabajo de Barrio Sésamo con el “arriba-abajo”, “delante-detrás” o “lejos-cerca”, para acabar perdiendo el rumbo de esta manera?

En una tienda de arreglos (en liquidación por cierre, si) tienen un muñeco de El Fary por 6€. Si, cada mañana estoy tentado de entrar y comprarlo, pero la mujer no tiene la tienda abierta… Restaurantes de toda la vida en los que sólo te entienden si les hablas en chino, calles en obras 3 veces al año, autobuses que adelantan a motos, sol por la mañana, lluvia por la tarde y paz por la noche…¿¿¡¡ Estamos locos, o qué!!??

Por suerte, ante todo este caos global, tenemos una esperanza. Existe una especie a salvo de todo que nos hará volver a la normalidad. Un colectivo inquebrantable, al margen de modas, líneas comunicativas, pero con un estilo único e inimitable: LOS ALBAÑILES.

Si amig@s, porqué a pesar de todo este desorden, de nuestras preocupaciones, los emails pendientes o la reunión que no has podido aplazar, siempre existirá un albañil con su mono azul (¿es su traje de superheroe?) capaz de retorcer su cuello hasta el límite para repasar a una mujer que haya pasado a una distancia no superior a 150m. ¿Lo habéis intentado alguna vez? No os lo recomiendo. Duele…

Podemos diferencias a los albañiles de clase alta del resto ya que, a la vez que giran el cuello, son capaces de pronunciar bellas poesías sonoras para cautivar la atención de su nueva inspiración. Frases como “Ay niña! Que te metía de todo menos miedo”, son todo un referente del código secreto de nuestros superhéroes más humanos.

Si no rebasan en exceso la línea del mal gusto, pueden resultar terapéuticos, ya que no distinguen a sus musas ni por talla, edad ni raza. Por sexo tampoco, ya que ¡lo tendrían con todas ellas!

A pesar del progreso, las nuevas tecnologías, este desorden global, no debe desaparecer la figura del albañil con la raja del culo a la vista, que nos arranca siempre una sonrisa.

Nuestros héroes de bolsillo deben ser la clave para que todo vuelva a su cauce: que los hombres con peluca les devuelvan los pelos a los depilados, que las madres y sus hijas se entreguen los maletines y la ropa, ¡¡que vuelva Barrio Sésamo!!

Tengo claro que si el próximo presidente del gobierno fuera un albañil, Barrio Sésamo se parecería más a Los Vigilantes de la Playa que al Club Megatrix.

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